Pruebas… Como te sientes al escuchar esta palabra? A mi se me viene una sensación de nerviosísmo e incertidumbre, como si se tratara de una prueba en el colegio ó pruebas médicas. Algo incierto y desconocido que debemos enfrentar. Por más preparados que pensemos estar siempre hay cierto grado de incertidumbre ante una prueba, pues no conocemos con certeza cuál será su resultado.
Comencemos por definír el término prueba.
Una prueba es una acción de probar a alguien ó algo para conocer sus cualidades,verificar su eficacia, saber cómo funciona ó reacciona, ó que resultado produce.
Todos vivímos inmersos en diferentes problemas que generan obstáculos al curso normal de las cosas en nuestra vida cotidiana. La vida en sí consiste en la constante resolución de problemas.
La pregunta entonces sería por qué debemos pasar por pruebas? Cual es el verdadero propósito de estas.
Las pruebas pueden venír en distintas áreas de nuestra vida pruebas de salúd, económicas, relaciones familiares, desempleo etc etc. Es importante saber que las pruebas no son iguales para todos. Varían de acuerdo a las debilidades y áreas a reforzar en cada individuo. Sí leístes bien! Cada prueba tiene un propósito específico y personal.
Como madres al ser pilares fundamentales del hogar y al ejercer un papel de guía sobre las vidas de nuestros hijos es importante que sepamos cual debe ser la actitud correcta que debemos reflejar cuando se presenten las diversas pruebas en nuestra vida. Seremos siempre el primer ejemplo a seguír por nuestros pequeños. Ellos adoptarán todas nuestras posturas ante las diferentes circunstancias y problemas que nos rodeen.
Existen dos escenarios para enfrentar las pruebas en la vida de un individuo según su estado espiritual.
1. Pruebas en no creyentes
2. Pruebas en creyentes
Las pruebas en no creyentes son aquellas que enfrentan las personas sín conocer a Dios.
En estas personas las pruebas vienen a ser un llamado por parte de Dios a buscarle. En este caso las pruebas buscan un nacimiento espiritual en la persona, al darse cuenta que en sus propias fuerzas es imposible sobrellevar las cargas y problemas.
Vemos con preocupación como crece cada día el número de suicidios en la sociedad, y es alarmante que en su mayoría son niños y jóvenes los más afectados. Esto se debe a creer que no hay solución ní salida para sus problemas.
Por otro lado las pruebas para los creyentes tienen otro fín, buscan la madurez espiritual en la persona.
En ambos casos las pruebas son positivas, nos llevan a crecer y a desarrollar carácter, paciencia y muchísimas otras cualidades . Por un lado nos llevan a nacer espiritualmente y por el otro a alcanzar madurez. Así que sea cual sea tu estado espiritual actual ten por seguro que las pruebas vienen y llegan sín previo aviso.
Veámoslo de la siguiente manera. Vamos en una carrera, la carrera de la vida. Todo va bien, el paisaje es hermoso, el clima perfecto,nos sentímos con energía y capaces de llegar a la meta sín problema alguno y derepente nos encontramos con que no solo es una marathon, que ya de por sí es difícil, sino que es una carrera de obstáculos para la cual no hemos practicado. Esto nos saca de nuestra zona de confort. Créanme que no habrá manera de esquivarlos. Nos veremos inevitablemente obligados a superar esa prueba ó a caer en ella.
Como la superamos? solo en Dios podemos superar cada obstáculo, solo en sus fuerzas. Aunque caigamos una y otra vez las pruebas seguirán viniendo una tras otra hasta lograr su propósito de pulír ciertas áreas de nuestra vida.
Como los obstáculos, las pruebas están en el camino no para derribarte sino para hacerte más fuerte, más ágil, para sacar todas aquellas cualidades y fortalezas que ni tú sabías que tenías.
Eso es lo que Dios quiere que veas a través de las pruebas, que en Él encontrarás todo lo necesario para superarlas, que no estás solo, que con Él eres capaz de pasar los obstáculos de la vida y que nó te pondrá una prueba más allá de tus capacidades para superarla.
Él conoce bien tus límites y es justo y misericordioso. Jamás te abandonará aunque a veces pienses que estás sola, la fortaleza que sentirás cada vez que te veas frente a un problema te lo confirmará.
Podemos confiar en Dios, que no nos dejará sufrir pruebas más duras de lo que podamos soportar. Por el contrario, cuando llegue la prueba, Dios les dará también la manera de salír de ella, para que puedan soportarla. Ven, es Dios quien nos capacita para sobrellevar las pruebas.
Cual debe ser nuestra actitud al enfrentar las pruebas?
A continuación les menciono las principales.
3 actitudes necesarias para enfrentar las pruebas
1. Gozo
Es necesario enfrentarnos ante las pruebas con gozo. Sí leístes bien gozo! Sabiendo que son para nuestro beneficio y crecimiento. Wow esto es bastante difícil, pero es posible al enfocarnos en el beneficio de la prueba y no en querer salír rápido de ella. Es necesario preguntarnos qué estamos aprendiendo a través de este problema. Cual es la lección?
En cada prueba hay enseñanza importante para cada uno de nosotros. Debo mencionar que el gozo es un fruto del espíritu por lo tanto no esperemos que ese gozo nazca en nosotros de manera natural sino solo en Dios. Solo Dios puede confortar el corazón afligido y atribulado, nadie ní nada más puede lograr darnos esa paz. Por lo tanto si no tienes a Dios de tu lado jamás podrás enfrentarte ante una prueba con gozo ni páz.
2. Paciencia
Debemos enfrentar cada prueba con paciencia sabiendo que no durará para siempre, que es una situación temporal y que Dios va a proveer la salida y todas las condiciones para superarla siempre y cuando nos acerquemos a Él. Recordemos que todo problema pasará eventualmente. Una persona inmadura en la fé desespera ante un problema y ve a Dios como su enemigo por mandar las pruebas, como si su objetivo fuese derrotarnos o jugar con nosotros como títeres. Cuantas veces perdí la paciencia y reclamaba a Dios mientras pasaba no por uno, sino por tres abortos espontáneos. Simplemente no lograba entender porque? No me daba cuenta que Dios estaba formando en mí un nuevo carácter preparándome para recibír más adelante mi herencia y estaba trabajando en mi relación con Él y por supuesto en mi paciencia.
3. Ser dóciles ante la prueba
Debemos aprender a no resistírnos ante una prueba sino más bien en cierto modo cooperar con el proceso y someternos.
Veamos, pongamos el ejemplo de un joven que ha perdido su trabajo y cae en una profunda depresión por no encontrar uno nuevo y se resiste a su nueva situación económica.
Al verse limitado económicamente desespera y decide robar. Que creen que pasará? Su final es fácilmente predecible no? Es arrestado. Debemos pedír a Dios la fortaleza y sabiduría para saber como resolver el problema de la manera adecuada para no enredarnos aún más y terminar peor de lo que comenzamos cuando inicio la prueba.
Es necesario que como madres vayamos preparando a nuestros hijos para enfrentar las pruebas y sufrimientos que trae consigo la vida. Debemos enseñarles a sufrír correctamente, sabiendo que lo más importante es tener a Cristo nuestro ayudador y sustentador, que no están solos y que todo lo que nos suceda aunque parezca malo su fín siempre trae enseñanza y crecimiento para los hijos de Dios.
Desde mi infancia le he tenido pavor al mar! Recuerdo bien cuando mi madre me metía a la fuerza queriéndome enseñar a pasar las olas correctamente para que no me revolcaran pero debido a mi pánico eso fué imposible me revolcaron muchas veces. Pero el Señor habló a mi vida con esa terrible experiencia que ahora me hace reír.
A mi hija que ya tiene 10 años se lo explico de la siguiente manera.
El mar es como la vida y está lleno de olas, algunas pequeñas y otras enormes. Las pruebas son como esas olas, nos golpean fuertemente y a veces nos arrastran nuevamente hasta la orilla. A veces vemos como una ola se va formando a la distancia y nos intimida con su tamaño pero si estamos en la profundidad adecuada vemos como esta se va haciendo mucho más pequeña de lo que pensábamos y hasta disfrutamos dejándonos llevar sobre ella.
Debemos estar preparados siempre, pues las olas no dejan de venír, y a veces nos toman por sorpresa, la diferencia es que si estamos preparados podemos saber cómo enfrentarlas. El temor es lo peor! Si les damos la espalda y corremos para alejarnos de ellas vamos a dar al reventadero y salimos lastimados. No hay forma de escapar de las pruebas siempre nos atraparán. La diferencia estará en nuestra actitud para atravesarlas y en contar con el único salvavidas que correrá a nuestro clamor que es Jesús. Él nos enseñará a surfear sobre ellas. Al verlas venír debemos nadar hacia ellas lo más rápido posible para que no nos revienten estando en lo seco. Debemos lanzarnos a las profundidades de la fé y recordar que aunque sintamos hundírnos donde nuestro pie no toca fondo, tenemos a uno que camina sobre las aguas y basta con extender nuestra mano hacia El para que nos libre de todo apuro.
Dios no quiere que te quedes en la orilla para siempre, quiere que aprendas a nadar confiando en su amor y providencia y que te sueltes en sus brazos.